Las
personas que se dedican a realizar pronósticos se valen de la ciencia llamada
futurología, disponen de computadoras, series de datos y de complejas fórmulas
matemáticas que permiten la predicción de tendencias.
Aunque
la fecundidad se estabilice, la población continuará aumentando. Este fenómeno
es más prolongado cuanto más joven es la estructura de edad de la población.
Las
proyecciones posibilitan evaluar las diferentes trayectorias que se derivarían
de afectarse o mantenerse las tendencias actuales de las variables que inciden
en el monto, estructura y dinámica
demográfica. A partir de las proyecciones será posible analizar los principales
cambios en cuanto al número y estructura por edad de la población mexicana
relacionándolos con los requerimientos de orden social en materia de educación,
salud y vivienda.
El
descenso de la fecundidad no ha sido homogéneo en todos los grupos sociales. Es
diferencial según la escolaridad y el lugar de residencia. El nivel educativo
de las mujeres se relaciona con el tamaño de la descendencia. Uno de los
grandes logros del siglo XX es el descenso de la mortalidad.
Hay
más salidas que muertos en el país. Los habitantes se han concentrado
principalmente en el centro del país.
Uno de los principales problemas de las próximas dos décadas será el empleo.
El
agua en el futuro será un elemento que podría definir la distribución de la
población en el territorio nacional.
La
vida de las mujeres se ha prolongado, esto significa que una mujer que haya
concluido su periodo de reproducción puede volver a encontrar una vida activa y
productiva fuera de la familia.
El
número de viviendas se multiplicará prácticamente el doble. Las viviendas se
caracterizarán por tener un número reducido de cuartos para alojar a no más de
tres ocupantes por vivienda, lo que traerá consigo un aumento acelerado en el
suministro de agua y energía eléctrica.
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