lunes, 1 de diciembre de 2014

El Imposible Realismo. La Antropolítica


El realismo puede tener en política dos sentidos. El primero exige no luchar contra la realidad sino adaptarse a ella; el segundo exige tener en cuenta la realidad para esperar transformarla. La realidad inmediata remite a dos sentidos distingos: El temporal designa la realidad de hoy que es fuerte ya que ha abolido la realidad de ayer pero es débil porque será abolida por la de mañana;el sentido factual del término realidad remite a situaciones, hechos y acontecimientos visibles en el presente. 
La realidad no sólo está hecha de inmediatez, la realidad no es legible en los hechos. Las ideas y teorías no reflejan sino que traducen la realidad de un modo que puede ser erróneo. Nuestra realidad no es otra que nuestra idea de realidad. 
Hay una relación de incertidumbre entre la idea y lo real. La idea puede imponerse a lo real pero éste no se adecuará por ello a la idea.  Si no hay bastantes compulsiones como para que la historia pueda ser determinada, hay compulsiones que prohíben ciertas posibilidades. La cuestión es saber cuáles son las compulsiones compulsivas. 
El efecto mariposa: una pequeña bifurcación en una zona crítica puede tener enormes efectos en cadena. 
La ecología de acción nos incita a una dialéctica entre lo real y lo irreal. Nos invita a la apuesta que reconoce sus riesgos y a la estrategia que permite modificar la acción emprendida.
Es posible hoy, reducir las desigualdades, alimentar a los hambrientos, distribuir los recursos, ralentizar el crecimiento demográfico, disminuir las degradaciones ecológicas, cambiar el trabajo, crear distintas y altas instancias planetarias de regulación y salvaguardia, civilizar la Tierra. Lo posible es imposible y vivimos en un mundo imposible donde es imposible alcanzar la solución posible.
Sería necesario un fantástico progreso humano para resolver nuestros problemas elementales. Cuanto más necesario se hace el cambio, y más se convierte en multidimensional y radical, más imposible lo hacen nuestros sistemas mentales, nuestros sistemas sociales, nuestros sistemas económicos.
La realidad mundial es inaprensible, comporta enormes incertidumbres debidas a su complejidad, a sus fluctuaciones, a sus dinamismos entremezclados y antagonistas, a sus inesperadas bifurcaciones, a las posibilidades que parecen imposibles y a sus imposibilidades que parecen posibles.
La gran dificultad: una política del hombre debe asumir la multidimensionalidad y la totalidad de los problemas humanos, pero sin convertirse en totalitaria.

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