miércoles, 24 de septiembre de 2014

Conclusiones Eric Hobsbawm (los años dorados, la revolución social y la revolución cultural)

La recuperación tras la segunda guerra mundial era prioridad de los países europeos y Japón Los años dorados fueron cuando La mayoría de los países habían vuelto a los niveles de preguerra  La población del tercer mundo aumentó la esperanza de vida se prolongó, producción de alimentos aumentó en países desarrollados hasta producir excedentes de producción. Se dio un crecimiento en los países industrializados. Por lo tanto la edad de oro fue un ámbito de carácter mundial. Las consecuencias de la edad de oro fueron: Contaminación y deterioro ecológico, reestructuración y reforma del capitalismo  y el avance en la globalización e internacionalización de la economía. La reestructuración y reforma del capitalismo ocasionaron que se produjera una economía mixta lo que facilitó a los estados la planificación y la gestión de la modernización económica, además de incrementar la demanda. Mientras que el avance en la globalización e internacionalización de la economía produjo una división internacional del trabajo más compleja por lo que se multiplicó la capacidad productiva de la economía mundial.
Durante la revolución social (1945-1990), uno de los cambios fundamentales fue la muerte del campesinado, que se negaba a desaparecer para el siglo XX. El mundo de la segunda mitad del siglo XX se urbanizó, apareciendo las grandes capitales.  Las aglomeraciones urbanas más grandes de finales de los ochenta se encontraban en el tercer mundo.  Mientras el mundo desarrollado seguía estando mucho más urbanizado que el mundo pobre, sus propias grandes ciudades se disolvían.  La típica gran ciudad del mundo desarrollado se convirtió en una región de centros urbanos interrelacionados.  La ciudad del tercer mundo, aunque conectada también por redes de transporte público, no dejaba de estar dispersa y mal estructurada.
Se dio un auge de las profesiones para las que se necesitaban estudios secundarios y superiores. Los estudiantes eran transnacionales al desplazarse y comunicarse ideas y experiencias más allá de las fronteras. Los Estudiantes mexicanos aprendieron pronto que el Estado y el aparato del partido reclutaban sus cuadros fundamentalmente en las universidades, y  que cuantos más revolucionarios fuesen como estudiantes, mejores serían los empleos que les ofrecerían al licenciarse. 
La vida de la clase obrera se vio seriamente afectada por la máxima expansión, pleno empleo y sociedad de consumo.  Las migraciones en masa provocaron la diversificación étnica y racial de la clase obrera, con los consiguientes conflictos.  Esto fue facilitado por los movimientos socialistas obreros tradicionales.
La revolución cultural de fines del siglo XX debe entenderse como el triunfo del individuo sobre la sociedad.  De ahí la inseguridad traumática que se producía en cuanto las antiguas normas de conducta se abolían o perdían su razón de ser o la incomprensión entre quienes sentían esa desaparición y quienes eran demasiado jóvenes para haber conocido otra cosa que una sociedad sin reglas.
Las instituciones a las que más afectó el nuevo individualismo moral fueron la familia tradicional y las iglesias tradicionales.  El aborto y derecho al divorcio abrieron la brecha más honda entre la Iglesia y lo que en el siglo XIX había sido su reserva espiritual.  Fue la revolución cultural del último tercio del siglo lo que comenzó a erosionar el patrimonio histórico del capitalismo y a demostrar las dificultades de operar sin ese patrimonio.






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