La
economía mexicana se basó en la exportación de productos básicos y se
caracterizaba por la industrialización de sustitución de importaciones. Bajo el régimen de Porfirio Díaz, se abrieron
al país a las inversiones extranjeras y se reforzaron los vínculos comerciales
de México con el mundo exterior.
El
gobierno aprovechó las condiciones de la segunda guerra mundial para poner en
práctica diversas medidas proteccionistas.
Al
finalizar la segunda guerra mundial, México había firmado un acuerdo comercial
con EU que abría los mercados estadounidenses a los productos de México y un
acuerdo sobre mano de obra migratoria en virtud del cual braceros mexicanos
trabajarían en los ferrocarriles y granjas estadounidenses.
Durante
los años sesenta, México consiguió mantener el nivel de crecimiento, a estos
resultados se les llamó el milagro mexicano, combinación de progreso económico
y estabilidad política en una región del mundo en vías de desarrollo.
Las
medidas proteccionistas ayudaron a la industria nacional a desplazar a la
competencia extranjera del mercado de consumo y el sector industrial de la
nación se hizo ineficiente y poco competitivo.
Los fabricantes mantuvieron los costos bajos y los beneficios altos. El
sector privado mexicano pasó a depender decisivamente del monopolio del mercado
nacional y la protección del Estado.
En
la constitución de clases sociales, la distinción entre los estratos laborales
de clase alta y los de clase media es sumamente tenue porque muchas personas
que desempeñaban empleos de clase media tenían ingresos de clase alta, por lo
tanto, la única clase social sería la clase no manual.
El
pueblo mexicano tendía a percibir a su gobierno como algo distante, elitista y
servidor de sus propios intereses. El
PRI estaba organizado en torno a tres sectores distintos: campesinos
trabajadores y el sector popular.
La
coalición que gobernaba el país contenía tres segmentos separados: el Estado,
el sector privado local y el sector extranjero.
El
régimen político mexicano contaba con el apoyo de trabajadores urbanos,
campesinos separados de los trabajadores para evitar una coalición de clase
subordinada que pudiera amenazar al sistema.
Alemán
quería ampliar el proceso de
industrialización de sustitución de importaciones y fortalecer la clase
empresarial, hizo que los consumidores mexicanos no compraran bienes de
importaciones. Así empezó el milagro
mexicano.
Revolución
Verde fue un programa que se centraba en la mejora del rendimiento de las
cosechas y de la productividad. La
revolución verde hacía hincapié en la productividad y el beneficio, en vez de
en el reparto de tierras.
La
depresión de las huelgas ferroviarias dio comienzo a un periodo de relativa
tranquilidad política en México. El
Estado dirigía el crecimiento económico por medio de una delicada alianza con
el capital privado.
López
Mateos incrementó el papel del Estado en la economía nacional. Más difícil fue proporcionar crédito y
servicios básicos, pero el mensaje político era claro: el gobierno se estaba
poniendo a lado de las masas.
En
el sexenio de Díaz Ordaz se llevo a cabo el fin del milagro económico de la
posguerra.
El
movimiento estudiantil de 1968 hizo que el sistema se estremeciera hasta los
cimientos. Existía en México una larga
tradición de activismo estudiantil y era costumbre sofocar los disturbios por
medio de la fuerza limitada. La policía
disolvió una serie de manifestaciones por parte de grupo de estudiantes pro
castristas. Los jóvenes anunciaron que
habría una huelga general de estudiantes.
La
época del desarrollo estabilizador caracterizado por el crecimiento económico,
la estabilidad de los precios y la estabilidad de la balanza de pagos.