El
estallido de la Revolución Mexicana fue el resultado de la conformación
sociohistórica del país, de la crisis del Estado porfiriano, del fracaso de una
solución pacífica a la sucesión de 1910, las aspiraciones de los grupos medios
y populares contrarios al régimen oligárquico y del complejo contexto
internacional.
El
gobierno de Díaz resultó inadecuado para representar y respetar los intereses
de las clases emergentes (clases medias y proletariado).
Al
principio de su gobierno Díaz se apoyó en militares de confianza, acudió a la
represión de sus enemigos y estableció estabilidad, y fue tolerante con la Iglesia Católica. Más
tarde, la segunda etapa de su gobierno se distinguió por el perfeccionamiento
de la estabilidad política y el crecimiento económico. Fluyeron los empréstitos
y las inversiones europeas y estadounidenses, se hicieron obras de
infraestructura, apareció una minería industrial.
La
crisis económica fue debido al crecimiento desigual y disparejo. Por una
depresión económica, el sistema bancario canceló los créditos a industriales y
hacendados, lo que afectó a todos los sectores del país. La sequía de 1908 y
1909 provocó disminuciones en la producción agrícola.
Como
sucesor eligió a un miembro del grupo
científico, Ramón Corral por lo que los reyistas se convirtieron en críticos de
los científicos. El crecimiento de los científicos produjo una concentración de
poder económico y político.
En
el ámbito rural , se dio una pérdida de tierras de las comunidades campesinas y
tuvieron que buscar empleos, en los sectores urbanos hubieron conflictos
obreros.
Los
católicos criticaban el gobierno de Díaz debido a que se conservaron principios
de la constitución de 1857, se apoyaron a protestantes y mantenía una filosofía
positivista. En 1900 surge otro grupo anti porfirista, descendientes de los
liberales y de clase media, querían presionar a Díaz para que aplicara los
principios liberales. Su líder fue Ricardo Flores Magón, quien contaba con
influencia comunista. Lo que causó fue que el gobierno aumentara la represión.
Por la predilección de Díaz, los reyistas y los científicos se volvieron
opositores.
Los
conflictos entre ‘científicos’ y reyistas y la concentración de los poderes
político y económico se agravaron con el surgimiento del movimiento anti
reeleccionista que tenía como líder a Madero. Aprovechando la pérdida de
influencia de Reyes, Madero inició actividades políticas para oponerse a las
autoridades reyistas.
Madero
radicalizó su oposicionismo por sus
fracasos electorales locales y de la crisis económica de 1907 y 1908. Se abocó
a la creación del Partido Nacional Antirreeleccionista. Este objetivo lo llevó
a realizar tres giras para promover la creación de clubes antirreeleccionistas.
La represión gubernamental provocó la radicalización del movimiento que se
convirtió en partido político y designó como sus candidatos a Madero. Ya como
candidato presidencial inició otra gira, pero pronto fue aprehendido y
encarcelado en San Luis Potosí. Estando en prisión tuvieron lugar las
elecciones, resultando electos Díaz y Ramón Corral.
El
perfil social de los alzados era popular y rural, y sus reclamos también eran
distintos a los de los antirreeleccionistas originales.
En
febrero de 1911 Madero finalmente penetró al país para asumir el liderazgo de
la lucha. Hubo simpatía de las autoridades norteamericanas por el movimiento
maderista. Díaz firmó los Tratados de Ciudad Juárez, mediante los cuales
renunció a la presidencia.
Tras
la caída de Díaz, se pactó que Francisco León de la Barra lo iba a sustituir y
se encargó del desarme del país y organizar elecciones, en las cuales ganó
Madero.
En
su breve estancia en la presidencia hubo una transformación de casi toda la
pirámide de poder y se incluyeron muchas políticas más democráticas.
Madero
siempre respeto los derechos de los obreros y busco que estos mejoraran sus
condiciones socioeconómicas, estas propuestas hechas por Madero dejaron
insatisfechos a casi todas las clases sociales del país e inversionistas
extranjeros, en consecuencia se organizaron rebeliones en su contra.
Cuatro oposiciones violentas: Bernardo Reyes creía que él debía gobernar en ausencia de Díaz; segundo, Félix Díaz clamaba la incapacidad de Madero para dirigir al país; tercero, los zapatistas tenían una postura clara acerca de que no dejarían sus armas hasta que se devolvieran las tierras usurpadas; por último, la rebelión ororquizta que tenían por motivos que sus líderes consideraron insuficientes los pagos recibidos tras la derrota de Díaz y consideraban insatisfactorias las reformas sociales propuestas.
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